Jehová es mi amparo
«¿Por qué he de temer en los días de adversidad,
Cuando la iniquidad de mis opresores me rodeare?»

Salmo 49.5

Lectura: Salmo 49.1-9

Hay algunas cosas que nada más no se pueden hacer.

He aquí una de ellas:

«Ninguno de ellos podrá en manera alguna redimir al hermano,
Ni dar a Dios su rescate»
(7).

¡Qué tristeza!

Aún así, hay esperanza.

A pesar de mi inhabilidad de redimir o rescatar a mi hermano, sí hay esperanza.

¡Cristo lo puede redimir!

Por mi parte, tengo la responsabilidad de introducir a otros a este Redentor.

Gracias, Señor, por esta esperanza.

[Mi boca hablará sabiduría (Salmo 49.3)]
tomado de Salmo 49.3

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