Con su mano sobre mí
«Así no nos apartaremos de ti;
Vida nos darás, e invocaremos tu nombre.»

Salmo 80.18

Lectura: Salmo 80

¡Cuánto necesito la restauración divina!

Con la esperanza de recibirla puedo seguir adelante. Con esa seguridad, saldré adelante.

Tal vez por eso, el tercer versículo captó mi atención y renovó mi fe.

«Oh Dios, restáuranos;
Haz resplandecer tu rostro, y seremos salvos.»

Seguí leyendo y descubrí que el salmista repite esa oración dos veces, añadiendo un poquito cada vez.

«Oh Dios de los ejércitos, restáuranos;
Haz resplandecer tu rostro, y seremos salvos»
(7).

«¡Oh Jehová, Dios de los ejércitos, restáuranos!
Haz resplandecer tu rostro, y seremos salvos»
(19).

¡Ah, Señor Jehová! En ti me apoyo. De ti dependo. Sin ti no puedo. Contigo todo lo puedo. ¡Restáurame!

[Oh Pastor de Israel, escucha (Salmo 80.1)]
tomado de Salmo 80.1

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