¡No olvides!
«Bendice, alma mía, a Jehová,
Y no olvides ninguno de sus beneficios.»

Salmo 103.2

Lectura: Salmo 103.1-11

Estoy cansado.

Mi fuerza pronto se agota.

Mi alma no vuela muy bien.

Me siento viejo…porque estoy envejeciendo.

Lo sé yo muy bien.

También sé que Dios anhela obrar grandemente en mí:

«El que sacia de bien tu boca
De modo que te rejuvenezcas como el águila»
(5).

Señor, sáciame de bien. Dame fuerzas nuevas, así como tienen los jóvenes.

[El que rescata del hoyo tu vida (Salmo 103.4)]
tomado de Salmo 103.4

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