Para Calmar Tu Enojo
«La blanda respuesta quita la ira; Mas la palabra áspera hace subir el furor.»

Proverbios 15.1

¡Cómo me falta sabiduría y prudencia!

Pero a Dios no le falta nada. Y El, en Su propia sabiduría y prudencia, declara lo siguiente:

«El necio menosprecia el consejo de su padre; Mas el que guarda la corrección vendrá a ser prudente» (Proverbios 15.5).

Cuando menosprecio el consejo de mis padres y de otros, exalto mi propia necedad. No es que me sea necesario hacer en todo caso todo lo que otros me aconsegen. Lo importante es que no tenga la mente cerrada a lo que otros tengan que decirme. La realidad es que necesito la sabiduría y el punto de vista de otros.

Cuando acepto la corrección y hago los ajustes de vida que ella impone, adquiero un poquito más de prudencia.