Para amar la vida
«Porque: El que quiere amar la vida Y ver días buenos, Refrene su lengua del mal, Y sus labios no hablen engaño; Apártese del mal, y haga el bien; Busque la paz, y sígala.»

1 Pedro 3.10,11

Dios no quiere que descuide mi apariencia externa. Tampoco quiere que me enfoque desmedida y vanamente en lo que pongo sobre mi cuerpo.

Dios quiere que yo ponga atención a lo que El valora:

«Sino el interno, el del corazón, en el incorruptible ornato de un espíritu afable y apacible, que es de grande estima delante de Dios» (1 Pedro 3.4).

Sabiendo qué es lo que El aprecia y estima grandemente, ¿me descuidaré en ello?

Conociendo que El está enfocado en mi espíritu, ¿pondré yo mayor atención a lo que soy físicamente?

Quiero tener en grande estima a aquellas cosas que son de grande estima delante de Dios.

Que El abra mis ojos espirituales para que pueda apreciar los ornatos espirituales más que los físicos.