Cristo sabe
«Sabe el Señor librar de tentación a los piadosos, y reservar a los injustos para ser castigados en el día del juicio.»

2 Pedro 2.9

¡No, no, y no!

Muchas veces, ¡no!

Siempre, ¡no!

¿Qué, pues, me provoca tan negativamente?

«Han dejado el camino recto, y se han extraviado siguiendo el camino de Balaam hijo de Beor, el cual amó el premio de la maldad» (2 Pedro 2.15).

Me propongo a no dejar el camino recto. Lucharé contra el extraviarme de la senda de justicia. No pondré atención en cualquier premio que el mal me ofrezca (por más que se me antoje).

Guardaré mi corazón. Mantendré disciplina santa sobre mi mente y mis ojos. Volveré la espalda a todo tipo de codicia, especialmente la moral.

Mi corazón es trono de Cristo. Pensaré según la mente del Señor Jesús. Permitiré que Jesucristo me ayude a mirar y ver y escudriñar con mis ojos así como lo hace El. Seguiré el honor y la pureza en todo sentido.

Y todo por su gracia y en su nombre.

Amén.

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