La corona venidera |
«Y cuando aparezca el Príncipe de los pastores, vosotros recibiréis la corona incorruptible de gloria.»
1 Pedro 5.4
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Mi ansiedad es mía.
Pero no es mía para llevar solo.
Es mía para que la eche sobre Dios mismo:
«Echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros» (1 Pedro 5.7).
¡Qué bendición tener esa invitación del Buen Pastor!
Descanso en su cuidado. Descanso en su consuelo. Descanso en su poder. Descanso en su amor y fidelidad.
Todo en la vida que me causa ansiedad seguirá causándome ansiedad. Pero la invitación de Cristo sigue igual y sigue constante: «Echa sobre mí tus ansiedades.»