Dios dondequiera está.

Dios está en todo lugar.

Dios es omnipresente.

Dios está aquí.

No se puede esconder de Dios.

Tenemos tantas maneras de decir la misma cosa.

¿Cómo, entonces, podemos olvidarnos tan fácilmente?

¡Vivimos siempre en la presencia del Altísimo!

«A Jehová he puesto siempre delante de mí;
Porque está a mi diestra, no seré conmovido» (Salmo 16:8).

«Me mostrarás la senda de la vida;
En tu presencia hay plenitud de gozo;
Delicias a tu diestra para siempre» (Salmo 16:11).

Señor, quiero recordar más y más que siempre estoy en tu presencia. Quiero estar consciente de ti. Quiero que todo aspecto de mi vida te cause gozo y placer y satisfacción.

tomado de Salmo 16.2