Esperanza fija
«Mi escondedero y mi escudo eres tú;
En tu palabra he esperado.»
Salmo 119.114
Lectura: Salmo 119.113-120
Si Dios no me sustenta, fallaré y falleceré.
Así que confiaré y esperaré en El. Y El no me dejará avergonzado por ello.
«Susténtame conforme a tu palabra, y viviré;
Y no quede yo avergonzado de mi esperanza» (Salmo 119.116).
Si Dios no me sostiene, me caeré y me perderé.
«Sosténme, y seré salvo,
Y me regocijaré siempre en tus estatutos» (Salmo 119.117).
Teniendo esa confianza, me aferro a sus estatutos y mandamientos. Me apoyo en su santa Palabra.
Señor, dame gozo en tu Palabra. Ayúdame a encontrar regocijo en tus estatutos.
Cuan frecuentemente olvido que Dios es mi sustento, puedo decirlo, cuandotodo anda bien, pero cuando las cosas empiezan a faltar, tiendo a olvidar que Dios es mi sostén, gracias por recormelo, precisamente en estos momentos. Aunque falten todas las cosas, con todo me alegraré en el Dios de mi salvación.