Seguramente |
«Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida, Y en la casa de Jehová moraré por largos días.» Salmo 23.6
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Lectura: Salmo 23
Nada, nada, nada. Absolutamente nada.
Nada, sin excepción.
«Jehová es mi pastor; nada me faltará» (1).
Nada, nada, nada. Absolutamente nada.
Nada, sin excepción.
¿Lo creo?
¿Y qué me falta en este momento?
Paz. Gozo. Satisfacción. Esperanza. Sabiduría. Dirección.
Si es cierto que me falta de esas cosas, ¿por qué?
Tal vez porque no he permitido que Jehová sea mi pastor de día en día.
¿Será posible eso?
Oh Señor, ¡cuánto me hacen falta esas cosas! Y aún más importante, ¡cuánto me haces falta tú! Gracias por ser mi pastor. Ayúdame a ser la oveja que aún no soy.