¡Claro que sí!
«A Jehová clamé estando en angustia,
Y él me respondió.»
Salmo 120.1
Lectura: Salmo 120
Quiero no ser mentiroso.
¡Pero con qué facilidad mienta la lengua!
Tampoco quiero ser víctima de las mentiras de otros.
¿Qué haré cuando eso me pasa?
«Libra mi alma, oh Jehová, del labio mentiroso,
Y de la lengua fraudulenta» (Salmo 120.2).
Señor, purifica mi lengua. Y defiéndeme de los que declaran falsedades de mí.