¿Quién más?
La salvación es de Jehová;
Sobre tu pueblo sea tu bendición.»

Salmo 3:8

Lectura: Salmo 3

En todo tiempo, estoy tremendamente necesitado.

¡Cuánto necesito a Dios!

«Mas tú, Jehová, eres escudo alrededor de mí;
Mi gloria, y el que levanta mi cabeza»
(3).

Eso es exactamente cierto.

¡Lástima que se me olvida tan fácilmente!

La protección que Dios me es no puede ser penetrada por el diablo. El enemigo de mi alma me puede atacar sólo cuando Dios lo permite en su sabiduría y soberanía.

Jehová es mi protección.

También es mi gloria. O mejor dicho, debe ser mi gloria. ¡Tantas veces, yo mismo soy mi propia gloria! No quiero ser así. Buscaré la gloria de Dios.

Jehová es mi gloria.

Además es mi consolador. Levanta mi cabeza cuando estoy decaído. Cuando se me vence el ánimo y cuando las ganas se me han escapado, Dios me da nuevas fuerzas.

Jehová levanta mi cabeza.

¡Gloria a Dios!

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