Dios no echó |
«Bendito sea Dios, Que no echó de sí mi oración, ni de mí su misericordia.» Salmo 66.20
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Lectura: Salmo 66.8-20
Me he sentido agobiado en mi alma y espíritu.
¡Cuán fuertes y largas han sido las tormentas!
Pero éste es — y sigue siendo — mi testimonio está mañana:
«El es quien preservó la vida a nuestra alma,
Y no permitió que nuestros pies resbalasen» (9).
¡Gracias, Señor!
tomado de Salmo 66.12