No sólo para reyes y jueces
«Ahora, pues, oh reyes, sed prudentes;
Admitid amonestación, jueces de la tierra.»

Salmo 2:10

Lectura: Salmo 2

«Honrad al Hijo, para que no se enoje, y perezcáis en el camino;
Pues se inflama de pronto su ira.
Bienaventurados todos los que en él confían»
(12).

El Señor Jesús merece toda la honra que pueda darle. Y aun más.

Es fácil darle honra en un culto con cantos y testimonios y oraciones y meditaciones y predicaciones. Bueno, digo que es fácil — pero he asistido a demasiados cultos donde no parecía haber mucha honra para Cristo.

Pero eso a un lado, ¿recibe El honra de mí en mi vida diaria y rutinaria?

Es un privilegio poder darle honra en todo tiempo. ¡Pero cuán fácilmente se me olvida!

Así como también es un privilegio poder confiar en El.

¡Qué el Señor me ayude a honrar y confiar — en El!

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