Somos tuyos, Señor
«Sálvanos, Jehová Dios nuestro,
Y recógenos de entre las naciones,
Para que alabemos tu santo nombre,
Para que nos gloriemos en tus alabanzas.»

Salmo 106.47

Lectura: Salmo 106.37-48

Así como yo, el pueblo de Israel se olvidaba de su Dios.

¡Cuán fácil es transitar por el día sin tener a Dios presente en mis pensamientos!

Los Israelitas con frecuencia se apartaban de Dios. Descuidaban sus mandamientos. Se rebelaban contra El. Se volvían a la idolatría.

Y entonces les alcanzaba la angustia.

¿Y la reacción de Dios ante su clamor?

«Con todo, él miraba cuando estaban en angustia,
Y oía su clamor»
(44).

Así es el Señor — grande en misericordia, atento, presto para socorrer.

«Bendito Jehová Dios de Israel, Desde la eternidad y hasta la eternidad; Y diga todo el pueblo, Amén. Aleluya» (48).

Sí. Amén. ¡Aleluya!

[Bendito Jehová Dios de Israel, Desde la eternidad y hasta la eternidad (Salmo 106.48)]
tomado de Salmo 106.48

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