Me hará estar firme |
«¿Tú quién eres, que juzgas al criado ajeno? Para su propio señor está en pie, o cae; pero estará firme, porque poderoso es el Señor para hacerle estar firme.»
Romanos 14.4
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Yo sé juzgar y criticar y condenar a otro.
Pero ya basta con tales actitudes, acciones, y opiniones.
Cristo demanda de mí un cambio grande. El me llama a algo muy superior.
«Así que, ya no nos juzguemos más los unos a los otros, sino más bien decidid no poner tropiezo u ocasión de caer al hermano» (Romanos 14.13).
En vez de juzgar la debilidad de otro, quiero ayudarle a evitar los tropiezos y caídas que resultan de esa debilidad. Y ciertamente no quiero causar tales caídas y tropiezos.
Me vigilaré a mí mismo, no sea que en mí haya algo que le lleve de debilidad a derrota.
Me importa muchísimo el bien y el éxito espiritual y moral de mi hermano en Cristo. En lo que pueda, le ayudará y le apoyaré. En lo que pueda, no le tropezaré ni le tumbaré.