El evangelio: poder de Dios
«Porque no me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree; al judío primeramente, y también al griego.»

Romanos 1.16

¡Y cuán diferentes son!

Mediante el evangelio de Jesucristo, Dios saca a luz su justicia con el propósito de llevarnos a la fe por la cual viviremos en justicia.

Esta revelación hace justo al injusto:

«Porque en el evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe, como está escrito: Mas el justo por la fe vivirá» (Romanos 1.17).

¡Gracias a Dios que he conocido — y sigo conociendo — esta obra de su justicia en mí!

Si no aceptara yo esa revelación, me vería enfrentado con la segunda que se menciona.

«Porque la ira de Dios se revela desde el cielo contra toda impiedad e injusticia de los hombres que detienen con injusticia la verdad» (Romanos 1.18).

Allí están. Dos revelaciones.

La primera me pone en contacto con la justicia de Dios para que yo mismo llegue a ser justo.

La segunda expone a la ira de Dios todo lo que pasa por alto su justicia.

¡Gracias a Dios que me toca escoger cual revelación experimentaré!

Por su gracia seguiré aceptando su justicia, viviendo mi vida conforme a su justicia.

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