A su tiempo vino Cristo |
«Pero cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer y nacido bajo la ley»
Gálatas 4.4
|
Lectura: Gálatas 4.1-16
«No se le puede decir nada.»
Algunos sencillamente no pueden aceptar la crítica o la corrección en ninguna forma ni por ningún motivo. Se enojan. Se ofenden. Se vuelven tristes. Como que dejan de ser amigos.
Aunque sea la verdad dicha con cuidado y con el motivo de ayudar, se enaltecen. Aunque sepan que no son perfectos, no quieren que nadie les comente sobre sus imperfecciones. Aunque sea para su bien, no lo quieren escuchar.
«¿Me he hecho, pues, vuestro enemigo, por deciros la verdad?» (16).
¡No quiero ser así!
Al contrario, quiero ser uno que aprende de la instrucción y del punto de vista de otros. Quiero un corazón abierto y tierno ante la corrección. A pesar de eso, se me hace demasiado fácil reaccionar según la carne en vez de según el Espíritu.
«Corrige al sabio, y te amará» (Proverbios 9.8).
«El escarnecedor no ama al que le reprende» (Proverbios 15.12).