Generosidad Divina
«Pero a cada uno de nosotros fue dada la gracia conforme a la medida del don de Cristo.»

Efesios 4.7

Efesios 4 principia con una amonestación a que viva en cierta manera. He sido llamado por Cristo y, habiendo aceptado ese llamado, cabe que viva como es digno del llamado.

«Yo pues, preso en el Señor, os ruego que andéis como es digno de la vocación con que fuisteis llamados» (2).

Al continuar con mi lectura por este capítulo, noté algunos versículos que me dicen como relacionarme con otros en una manera digna del llamado de Cristo.

«Con toda humildad y mansedumbre, soportándoos con paciencia los unos a los otros en amor» (2).

«Solícitos en guardar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz» (3).

«Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca, sino la que sea buena para la necesaria edificación, a fin de dar gracia a los oyentes» (29).

«Quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería y maledicencia, y toda malicia» (31).

«Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo» (32).

¡Así quiero vivir yo!

Quiero que mi vida y mis relaciones con otros reflejen dignamente sobre el llamado que he recibido de Cristo.

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