Lo Que Hace un Hijo
«Sed, pues, imitadores de Dios como hijos amados.»

Efesios 5.1

«Yo pues, preso en el Señor, os ruego que andéis como es digno de la vocación con que fuisteis llamados» (Efesios 4.2).

Ayer comenté sobre ese versículo. ¡Así quiero andar yo!

Hoy, al leer Efesios 5, caí en cuenta de tres versículos más con instrucciones para el caminante.

«Y andad en amor, como también Cristo nos amó, y se entregó a sí mismo por nosotros, ofrenda y sacrificio a Dios en olor fragante» (2).

Debo vivir como Cristo — en amor, sin egoísmo, para el bien de otros, sacrificialmente.

«Porque en otro tiempo erais tinieblas, mas ahora sois luz en el Señor; andad como hijos de luz» (7).

Debo vivir como hijo de luz — aparte de tinieblas, apartando tinieblas, centellando con la luz de Cristo.

«Mirad, pues, con diligencia cómo andéis, no como necios sino como sabios» (15).

Debo vivir como sabio — sacando máximo beneficio de mi vida, vigilando contra el pecado y el error, promoviendo el bien en tiempos peligrosos — «aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos» (16).

¡Que viva yo en la gracia de Dios para poder andar así!

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