Cristo, la Roca
«Como está escrito: He aquí pongo en Sion piedra de tropiezo y roca de caída; Y el que creyere en él, no será avergonzado.»

Romanos 9.33

¿Cómo puede ser esto?

«De manera que de quien quiere, tiene misericordia, y al que quiere endurecer, endurece» (Romanos 9.18).

No entiendo, pero eso no es algo de qué asombrarme.

¿A caso podrá mi mente humana comprender la mente de Dios?

Creo en la soberanía de Dios.

Creo en la justicia de Dios.

Creo en la gracia, la misericordia, y el amor de Dios.

Y le agradezco por querer tener misericordia de mí. Yo, que sólo merezco ser endurecido, he recibido misericordia.

Le agradezco con mi vida, con mi lealtad, y con mi amor.