Por eso |
«¡Cuán preciosa, oh Dios, es tu misericordia! Por eso los hijos de los hombres se amparan bajo la sombra de tus alas.» Salmo 36.7
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Lectura: Salmo 36
No quiero muerto.
Tampoco quiero oscuridad.
Así que no me alejaré de la fuente de vida y luz:
«Porque contigo está el manantial de la vida;
En tu luz veremos luz» (9).
Considera también otros dos versículos:
«Le respondió Simón Pedro: Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna» (Juan 6.68).
«Otra vez Jesús les habló, diciendo: Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida» (Juan 8.12).
¡Gracias, Señor!
tomado de Salmo 36.6