¿Amor mostrado hacia quien?
«Porque Dios no es injusto para olvidar vuestra obra y el trabajo de amor que habéis mostrado hacia su nombre, habiendo servido a los santos y sirviéndoles aún.»

Hebreos 6.10

Hay muchos hermanos en la fe en quienes tengo mucha confianza.

Y hay ciertos hermanos (¡qué lástima!) acerca de los cuales tengo algunas sospechas y dudas. ¿Cómo he de pensar acerca de ellos? Y, ¿cómo he de relacionarme con ellos?

Pensé en eso al leer y meditar un poco en el siguiente versículo:

«Pero en cuanto a vosotros, oh amados, estamos persuadidos de cosas mejores, y que pertenecen a la salvación, aunque hablamos así» (Hebreos 6.9).

Hay veces que mis sospechas originan con Satanás, el enemigo mío y de mi hermano. Tristemente, hay veces que mis sospechas nacen de mi propia carnalidad. Y hay veces que mis sospechas justamente resultan de la vida y el carácter de aquel a quien sospecho.

Estoy convencido que Dios quiere que aprenda a considerar a mi hermano según las cosas mejores que hay en él. Si sólo pongo atención a sus fallas y debilidades, no le estoy mirando justa y piadosamente.

¿Quiere decir eso que debo ignorar el pecado en la vida de mi hermano? ¡Claro que no!

Pero mi punto principal aquí es que me es demasiado fácil y natural ignorar lo bueno que hay en mi hermano.