No menosprecio el Antiguo Testamento. Como el Nuevo Testamento, es igualmente la Palabra inspirada de Dios.

Pero Cristo, la Palabra viva, nos trajo algo superior:

«Pero ahora tanto mejor ministerio es el suyo, cuanto es mediador de un mejor pacto, establecido sobre mejores promesas» (Hebreos 8.6).

Mejor ministerio (el de Cristo). Mejor pacto. Mejores promesas.

Sin pasar por alto las promesas y los preceptos del Antiguo, pondré mayor atención al Nuevo.

Por la obra y gracia de Cristo, viviré dentro del marco de su mejor pacto. Permitiré que haga lo siguiente:

«Pondré mis leyes en la mente de ellos, y sobre su corazón las escribiré» (Hebreos 8.10).