Una sola vez
«Así también Cristo fue ofrecido una sola vez para llevar los pecados de muchos; y aparecerá por segunda vez, sin relación con el pecado, para salvar a los que le esperan.»

Hebreos 9.28

Eso fue lo que pensé al leer Hebreos 9.12:

«Y no por sangre de machos cabríos ni de becerros, sino por su propia sangre, entró una vez para siempre en el Lugar Santísimo, habiendo obtenido eterna redención.»

El dio su vida por mí.

Cabe que yo viva la mía por El.

Me rescató y me redimió.

¿Le negaré mi servicio?

Habiéndome amado, me amo hasta la máximo.

Así quiero aprender a amarle yo.