Ejercítate Para la Piedad
«Porque el ejercicio corporal para poco es provechoso, pero la piedad para todo aprovecha, pues tiene promesa de esta vida presente, y de la venidera.»

1 Timoteo 4.8

El mundo contamina.

Los deseos e impulsos de mi propia carne quieren hacer alianza con el mundo.

¿Cómo, pues, me mantendré limpio y puro ante Dios?

«Porque por la palabra de Dios y por la oración es santificada» (1 Timoteo 4.5).

Al leer ese versículo, recordé esto:

«…Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella, para santificarla, habiéndola purificado en el lavamiento del agua por la palabra» (Efesios 5.25,26).

El sacrificio de Cristo por mí es eficaz para santificarme, si es que me rindo a tal acción suya en mi vida.

La palabra de Dios lava y purifica mi ser, si es que la leo…y si es que medito en ella…y si es que vivo en obediencia a ella.

La comunión con Dios eleva y fortalece los impulsos y deseos de mi espíritu, si es que le busco por medio de la oración.

¡Así alcanzaré la pureza y la limpieza ante Dios!