La Palabra de Dios
«Por lo cual también nosotros sin cesar damos gracias a Dios, de que cuando recibisteis la palabra de Dios que oísteis de nosotros, la recibisteis no como palabra de hombres, sino según es en verdad, la palabra de Dios, la cual actúa en vosotros los creyentes.»

1 Tesalonicenses 2.13

Recibo gran satisfacción y placer cuando observo a mi familia vivir en éxito espiritual y moral. Ellos son mi gloria y gozo.

También me siento así cuando me informo de tal éxito en la iglesia Emanuel en el estado de Sonora en la República Mexicana.

Aunque ese tipo de «orgullo» tiene sus peligros, es algo natural y legítimo. Así se sentía el Apóstol Pablo acerca de la iglesia en Tesalónica.

«Vosotros sois nuestra gloria y gozo» (1 Tesalonicenses 2.20).

Y así quieren sentirse acerca de mí tanto mis padres carnales como mis líderes espirituales.

En todo sentido bueno, quiero ser gloria y gozo para ellos.