¡Así quiero ser!
«El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece.»

1 Corintios 13.4

Lectura: 1 Corintios 13

Muchos anhelan hablar en lenguas.

Yo no.

No recuerdo haber tenido jamás alguna fascinación con ese don del Espíritu Santo.

Para mí, el don de preferencia ha sido el de profecía. (Hablo de profecía en el sentido de proclamar la Palabra de Dios, no en el sentido de predecir del futuro.) Me encanta ayudar a otros conocer y entender mejor la voluntad del Señor y sus caminos.

Aunque pienso que 1 Corintios 14 apoya mi preferencia, hay algo que debo preferir sobre todo don:

«Y ahora permanecen la fe, la esperanza y el amor, estos tres; pero el mayor de ellos es el amor» (13.13).

¡El amor es supremo! Supremo sobre la fe y la esperanza. Superior a todo lo demás.

El amor es el «camino aun más excelente» que menciona 1 Corintios 12.31. Más excelente que todos los dones mejores. Más excelente que las lenguas (13.1). Más excelente que la profecía (13.2).

«Seguid el amor» dice 1 Corintios 14.1 con toda sencillez.

¿Obedeceré?

¿Seguiré lo superior, lo mejor, lo más excelente, lo mayor?