De Dios
«Porque nosotros somos colaboradores de Dios, y vosotros sois labranza de Dios, edificio de Dios.»

1 Corintios 3.9

Lectura: 1 Corintios 3

¿Quién soy yo?

Me ha tocado plantar la semilla del evangelio. También me ha tocado regar la semilla. Pero nunca he podido hacer nacer y crecer la semilla.

Así que no hay en qué gloriarme cuando la semilla llega a dar su fruto.

De esa manera, no soy nadie. Aunque me fue dado el privilegio de hacer algo importante, no soy nadie.

«Así que ni el que planta es algo, ni el que riega, sino Dios, que da el crecimiento» (7).

Sólo Dios tiene el poder para dar crecimiento.

Sólo El es alguien.

Así que en El buscaré gloriarme.