Conocido. Apartado.
«Pero el fundamento de Dios está firme, teniendo este sello: Conoce el Señor a los que son suyos; y: Apártese de iniquidad todo aquel que invoca el nombre de Cristo.»

2 Timoteo 2.19

Conozco que es lo que tengo que hacer. Y normalmente también estoy enterado de como se ha de hacer. Así que, la mayoría de las veces, me esfuerzo por hacerlo.

Desafortunadamente, demasiados de mis esfuerzos son a base de mí mismo. ¿El resultado es qué? Pues, a veces tengo mis éxitos (y la resultante satisfacción personal). Otras veces, mis fallas y desánimos.

Me hace falta cumplir con la siguiente amonestación:

«Tú, pues, hijo mío, esfuérzate en la gracia que es en Cristo Jesús» (2 Timoteo 2.1).

No quiero vivir según mi propia sabiduría ni según mi propia fuerza. No quiero que mis esfuerzos físicos, espirituales, y morales sean según lo que soy yo, pero según lo que es la gracia de Cristo.

Diariamente quiero enfocar en El y depender de El. Quiero recordar de clamar a El por su dirección y ayuda. Quiero que su gracia obre libremente en mí.

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