Tesoro en barro
«Que estamos atribulados en todo, mas no angustiados; en apuros, mas no desesperados.»

2 Corintios 4.8

Lectura: 2 Corintios 4

Cristo mora en los suyos.

Cristo se declara por medio de los suyos.

El glorioso evangelio de Cristo resplandece de la vida de los suyos.

Pero si ese evangelio no se manifiesta en mí, ¿acaso importará?

«Pero si nuestro evangelio está aún encubierto, entre los que se pierden está encubierto» (3).

Vuelvo a preguntar: Si el evangelio de Cristo no resplandece de mí, ¿acaso importará?

¡Claro que sí!

Es muy posible que alguien se pierda por no poder ver el evangelio en mí.

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