Examinación propia |
«Si, pues, nos examinásemos a nosotros mismos, no seríamos juzgados.»
1 Corintios 11.31
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Lectura: 1 Corintios 11.17-34
Uno de los propósitos de Cristo en venir a la Tierra fue sufrir y morir en la cruz. ¡Y qué sufrimientos tan terribles padeció!
Y la noche que empezaron esas agonías, ¿qué hizo?
Cenó con sus discípulos.
Tomó pan en su mano.
«Y habiendo dado gracias, lo partió, y dijo: Tomad, comed; esto es mi cuerpo que por vosotros es partido; haced esto en memoria de mí» (24).
¡Dio gracias!
¡Imagínate!
Estaba a punto de sufrir espiritualmente, emocionalmente, y físicamente. Pero todavía podía dar gracias a su Padre. Por pan. Por sus discípulos. Por comunión con ellos.
Quiero ser yo más agradecido.
Por pan.
Y por el sacrificio de Cristo por mí.
Pienso que entre más recuerde a Cristo y su sacrificio por mí, más bien viviré conforme a la voluntad del Señor.