¿Qué me queda a mí? |
«Porque del Señor es la tierra y su plenitud.»
1 Corintios 10.26
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Lectura: 1 Corintios 10.23-33
¿Libertad limitada? ¡Cómo es eso! Tal declaración parece contradecirse. Nos gusta imaginar que libertad significa falta de límites.
¿Qué te parece este versículo?
«Todo me es lícito, pero no todo conviene; todo me es lícito, pero no todo edifica» (23).
Mi libertad en Cristo tiene cierto límites. ¿De veras? ¡Claro que sí!
Mi libertad en Cristo se limita a lo justo. Por ejemplo, mi libertad en Cristo no abarca un amorío ajeno o la mentira o el orgullo.
Mi libertad en Cristo se limita a lo que conviene. Por ejemplo, no me conviene odiar o hurtar o chismear.
Mi libertad en Cristo se limita a lo que edifica. Ah, aquí se pone bastante más delicado el asunto. Si cierto tipo de música o lectura le es de tropiezo a mi hermano, ¿estaré libre en Cristo para escuchar esa música o leer ese libro?
!Qué el Señor nos dé sabiduría y gracia para vivir libremente en Cristo!