Un poquito es suficiente |
«No es buena vuestra jactancia. ¿No sabéis que un poco de levadura leuda toda la masa?»
1 Corintios 5.6
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Lectura: 1 Corintios 5
Estando en error, es natural que uno se envanezca en el error mismo.
Para entender mejor lo que quiero decir con eso, es necesario leer este capítulo. Pero he aquí un breve resumen.
En este caso, el error era aceptar entre ellos un tipo de fornicación tan horrible que ni aun los inconversos aceptaban. Tristemente, estos cristianos no sólo aceptaron tal fornicación entre sí, sino también se gloriaron en ello.
Y parte del mensaje de Dios para ellos fue este:
«Y vosotros estáis envanecidos. ¿No debierais más bien haberos lamentado, para que fuese quitado de en medio de vosotros el que cometió tal acción?» (2).
Sin lamentación no habría corrección y purificación.
Pero primero tendrían que reconocer su error. Y después tendrían que aprender a lamentar su error y rechazarlo.
Y me pregunto a mí mismo: «¿Habrá algún error en mí o en mi iglesia en el cual me glorío cuando debería más bien lamentar?»
Espero que no. Pero soy igualmente humano como los corintios y, por lo tanto, débil ante los engaños del maligno y de mi propia carne.
¡Gloria a Dios por su gracia!
Confío que El obrará en mí y en mi iglesia así como lo hizo en Corinto.
Por más que me guste cualquier error y por más que me gloríe en él, deseo la libertad de Cristo.